Llega 2022 y con él las ganas de volver a empezar e intentar mejorar al máximo nuestras vidas. En los últimos años cada vez son más las personas que, además de querer mejorarse a sí mismas, se proponen hacer lo mismo con nuestro planeta. ¿Cómo? Pues modificando costumbres y hábitos adquiridos que ayuden a mejorar nuestra calidad de vida. Un buen ejemplo es el de cambiar la forma en la que nos desplazamos habitualmente. Por eso hoy hablamos de este propósito tan renovador, saludable y divertido.
Propósito para 2022: pasarme a la movilidad verde
Las bicicletas eléctricas llegaron para quedarse y, después de una pandemia como la que hemos vivido, están más consolidadas que nunca. Las personas que viven en ciudades y núcleos urbanos en general, cada vez están más concienciadas con los efectos que provoca el uso indiscriminado de vehículos de motor sobre la atmósfera.
¿Sabías que los desplazamientos medios en coche dentro de ciudad son de menos de 5 kilómetros? ¡Como lo lees! Cada día millones de personas utilizan el coche o la moto, para realizar recorridos insignificantes. Esto supone un derroche constante de combustible y emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
¿Y si cambiásemos el coche por una bicicleta eléctrica? La respuesta a esa pregunta se contesta con una interesante lista de ventajas:
- Ahorro de dinero en gasolina u otros combustibles
- Ahorro de talleres mecánicos y puestas a punto
- Ahorro de impuestos de circulación
- Ahorro de emisiones de CO2 a la atmósfera
- Ahorro de tiempo en atascos en hora punta
- Ahorro de un estilo de vida sedentaria
La palabra que nos viene a la cabeza es "ahorro", y es que con este cambio puedes desprenderte de muchas cosas negativas y/o innecesarias y ganar en salud, calidad de vida, paisajes espectaculares y nuevas rutas para explorar.
El uso de la bicicleta por ciudad es capaz de hacerte redescubrir sus calles y avenidas. Salir de la monótona carretera que te lleva a la oficina cada día, ofreciéndote esa incomparable libertad y flexibilidad para que seas tú quien elija por dónde circular -siempre y cuando se respeten las normas de circulación-.
Con una e-bike nunca te quedarás tirado. Porque recordemos que, aunque la idea es que hagas uso de la asistencia al pedaleo para no realizar sobreesfuerzos, siempre tendrás la opción de conducir tu bicicleta eléctrica de manera autopropulsada, esto es, con la fuerza de tus pies a los pedales. De manera que, pase lo que pase, nunca jamás te quedarás tirado.
¿Qué te parecen todas estas ventajas? ¡Pues todavía hay más! De hecho, es posible que gracias al propósito de pasarte a la e-bike, cumplas otros que llevas años apuntando en la lista y que nunca logras tachar. Como por ejemplo, el propósito por excelencia: ponerse en forma.
No te confundas, que sea una bicicleta no quiere decir que vayas a llegar sudando cada día al trabajo. ¡Al revés! Las bicicletas eléctricas te ofrecen la posibilidad de realizar recorridos con pendientes pronunciadas sin despeinarte. Y aun así, cuando las utilizas de forma habitual, estás favoreciendo a que tu cuerpo se ponga en marcha. La actividad que realizamos con una e-bike es mucho mayor que si montásemos en coche y, sin embargo, no supone un sobreesfuerzo. ¡Todo ventajas!